HOOOOLA HOOOOLAAA!!!
Estas vacaciones de Pascua, las he aprovechado para hacer un viaje
por el norte, y más concretamente por el País Vasco. En total hemos estado 5
días, de los cuales, comenzamos nuestro viaje en Bilbao, en el que estuvimos 2
días, luego fuimos hasta San Sebastián, donde estuvimos 3, uno de los cuales lo
dedicamos para cruzar la frontera con Francia y allí visitar los preciosos
pueblos de Biarritz y San Juan de Luz, y allí contemplar sus maravillosos
paisajes. En este post, os voy a contar todo lo que hicimos en nuestros 2 días
en Bilbao, y para conocer el resto de viajes deberéis visitar el siguiente
post.
Día
1: Bilbao
Tras 6 horas de viaje desde Valencia hasta Bilbao, llegamos a esta
bonita ciudad sobre las 3 del mediodía y nos dirigimos directamente al hotel.
Nosotros elegimos el “Sercotel Gran Bilbao”, situado a las afueras de la
ciudad, pero a unos 10 minutos andando del centro, por lo que su localización
nos venía muy bien para no tener que utilizar el coche para nada y poder
patearnos la ciudad a nuestro antojo. El hotel es muy moderno, y con amplias y
grandes habitaciones. La única pega que le podría poner es que la
insonorización de las habitaciones, al menos de la mía, no era muy buena, y se oían
demasiado los ruidos de las habitaciones contiguas.
Como ya era tarde y no habíamos comido, fuimos hacia el Casco
Viejo, pues sabíamos que por esa zona todos los bares eran de “pintxos” y por
lo tanto no tendríamos problemas para poder tomar algo. La Plaza Nueva, está
rodeada de muchos de estos bares, pero la verdad es que teníamos tanta hambre
que entramos en el primero que vimos. Una vez dentro, nos llamó la atención su
peculiar decoración, pues todas sus paredes tenían los trajes de las diferentes
cofradías de Semana Santa de Bilbao, y cada pintxo estaba dedicado a una de
ellas, pues sus ingredientes presentaban sus colores característicos. Este bar,
regentado por dos hermanos muy simpáticos, recibía el mismo nombre que la plaza
en la que se encontraba, “Plaza Nueva”. La verdad es que sus pintxos caseros
estaban riquísimos, y mis favoritos fueron, uno de setas al chacolí y otro muy
raro, que era una mezcla entre dulce y salado, que llevaba chocolate, mermelada
y morcilla. Dicho así puede dar un poco de asquito, pero resultaba una
combinación realmente buena. Cada pinxto costaba 2€, precio más habitual.
El primer día, decidimos no ir a visitar nada en concreto, sino
pasear por la ciudad para situarnos un poco, ver su ambiente y conocer sus
calles principales. Por ello, seguimos callejeando por el Casco Viejo hasta
llegar a la Ría, justo donde se encuentra el bonito Teatro Arriaga.
Después fuimos hacia la zona del museo Guggenheim, donde se encuentra el gigantesco “Puppy” de flores de colores. Tras hacernos las típicas fotos, también pudimos experimentar el típico clima de Bilbao, de pronto comenzó a llover. Así es el norte, tan pronto sale el sol, como se nubla y empieza a llover, y así durante todo el día.
Después fuimos hacia la zona del museo Guggenheim, donde se encuentra el gigantesco “Puppy” de flores de colores. Tras hacernos las típicas fotos, también pudimos experimentar el típico clima de Bilbao, de pronto comenzó a llover. Así es el norte, tan pronto sale el sol, como se nubla y empieza a llover, y así durante todo el día.
Cuando por fin paró de llover, pues al ser valencianos no estamos muy acostumbrados y no fuimos muy preparados, paseamos por la avenida Abandoibarra, desde donde pudimos ver los diferentes puentes que cruzan la Ría, entre los que está el puente Zubizuri diseñado por el arquitecto Calatraba, famoso por su diseño y por su polémica, pues tuvieron que instalar una alfombra que tapaba el cristal del suelo, para que no resbalara por la lluvia, tan habitual en esta ciudad. Por allí, llegamos hasta el ayuntamiento de Bilbao, un edificio también muy bonito en el que nos paramos a descansar en sus escalones. De aquí ya volvimos al hotel a descansar para poder coger fuerzas para el siguiente día.
Día 2: Portugalete + Getxo + Bilbao
Comenzamos el día visitando la Iglesia de San Antón, famosa por el
gran retablo que preside su altar, y el Mercado de la Ribera, considerado el
mercado cubierto más grande de Europa. También vimos la gran catedral de
Santiago.
Continuamos yendo hacía el metro, ya que habíamos decidido que
íbamos a visitar el famoso puente transbordador de Portugalete. El metro de
Bilbao es muy famoso porque fue diseñado por Norman Foster. Sus entradas son
muy características en esta ciudad, pues forman una especie de cúpula de
cristal que se conocen como “fosteritos”.
Una vez allí, encontramos con gran facilidad este transbordador,
que se encuentra colgando del puente Bizkaia. Este puente es Patrimonio de la
Humanidad y contemporáneo de la parisina Torre Eiffel, con la que guarda un
gran parecido. Conocido popularmente como puente colgante, llama la atención
por su construcción en hierro, con 63 m de altura y 160 m de longitud, es el
primer transbordador mecánico construido en el mundo. Subimos a la barquilla,
que por tan solo 40 céntimos, nos llevó hasta la otra orilla, donde se
encontraba el pueblo de Getxo.
A partir de ahí, fuimos paseando hasta el Puerto Viejo por la orilla
del mar. Un precioso paseo en el que puedes disfrutar a la derecha de la playa
con sus veleros y barcos varados, y a la izquierda de grandes y majestuosas residencias,
muchas de ellas palacetes.
A continuación accedimos al Puerto Viejo con sus calles estrechas y empinadas. Una estampa de foto típica de pueblecito vasco. Comimos en un restaurante muy recomendable llamado el “Asador Goiezti”, con un menú de 15€ que incluía bebida y postre, y con unos platos deliciosos. Os aconsejo el pescado, pues es su especialidad, además de ser muy fresco.
A continuación accedimos al Puerto Viejo con sus calles estrechas y empinadas. Una estampa de foto típica de pueblecito vasco. Comimos en un restaurante muy recomendable llamado el “Asador Goiezti”, con un menú de 15€ que incluía bebida y postre, y con unos platos deliciosos. Os aconsejo el pescado, pues es su especialidad, además de ser muy fresco.
Este viajecito nos gustó mucho y lo veo muy recomendable, pues con
el metro se accede fácilmente y es un paisaje muy diferente.
Volvimos a coger el metro, pero esta vez paramos en San Mamés,
para ver el estadio del Athletic Club de Bilbao, ya que soy muy futbolera y
siempre me gusta visitar los estadios de las ciudades a las que viajo.
De ahí, fuimos paseando por el parque de Doña Casilda Iturrizar y
por la zona más comercial hasta llegar a la Alhóndiga, que por fuera es un
edificio de 1909, pero por dentro presenta un aspecto muy moderno donde sus
columnas son todas distintas unas de las otras. Si levantáis la cabeza,
descubriréis lo más curioso de este lugar, la piscina que se encuentra en la
terraza, presenta el fondo transparente, por lo que desde abajo se ve a la
gente nadar, cosa que crea un efecto óptico muy curioso.
Esa noche fuimos a cenar a un bar de pintxos que nos habían
recomendado, y que a mi gusto ha sido el mejor de este viaje, que se llamaba
“El globo”(Calle Diputación, 6). Pintxos caseros muy elaborados y a precio muy
asequible. Mi recomendación, el pintxo de bacalao, el de chipirón con queso y
el de changurro, uno de los más típicos de allí. Aunque en este bar todos
estaban elaborados de una manera diferente a la que estamos acostumbrados.
Y hasta aquí el post de hoy!! En mi opinión estos 2 días han
estado muy bien aprovechados y han dado para ver lo más importante de Bilbao. Al
día siguiente cogimos el coche rumbo a San Sebastián. Pero el resto del viaje
os lo explicaré en el próximo post.
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